En la escuela:
•Pintar un aula, el comedor, los baños o la cocina.
•Crear una huerta.
•Conseguir y plantar árboles autóctonos o frutales.
•Construir juegos para el recreo.
•Instalar una bomba de agua o un generador eólico.
•Arreglar y actualizar la biblioteca.
•Si hay espacio, mejorar la cancha de fútbol (conseguir o tejer redes, arreglar los arcos, sacar las piedras o los elementos peligrosos, etc.).
•Conseguir elementos para hacer deportes o actividades artísticas.
•Colocar postes y una red para armar una cancha de voleibol.
•Construir estantes y muebles para almacenar en forma segura y correcta los alimentos.
•Recopilar historias sobre la comunidad, pedirle a los chicos que hagan dibujos, armar un libro y luego hacer copias para que las familias puedan verlo.
En la comunidad:
•Tallar y pintar un nuevo cartel para la entrada de la comunidad y escuela.
•Conseguir lana y organizar una jornada para aprender a tejer.
•Construir un horno de barro o una cocina a energía solar.
•Pensar y organizar una campaña para que no haya basura y focos infecciosos.
•Construir cercos para que los animales no ensucien el perímetro de donde se extrae el agua. Investigar formas seguras para su almacenamiento o potabilización.
•Pedir apoyo a las autoridades y organizaciones sociales para implementar un programa efectivo para evitar la propagación de enfermedades.
•Solicitarle a una empresa del agro que ayude a organizar un taller abierto a la comunidad para la prevención de accidentes laborales.
•Impulsar una campaña para que los chicos puedan acceder a la educación secundaria.
•Hacer –entre todos- disfraces para los dos o más equipos que jugarán al fútbol el 23 de octubre. ¡Podría llegar a ser el primer “partido de disfraces” del mundo!
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